Una de las grandes virtudes de este tipo de casa es su gran aislación térmica, dada principalmente por el terraplén de tierra exterior. Para no exponer la pared a la humedad exterior se utilizó una capa de polietileno de 200 micrones, unida a los cimientos.
Esa capa de plástico, comúnmente llamada "Barrera de vapor", no deja pasar la humedad, pero en este caso además va a separar dos medios con temperaturas muy distintas. En invierno, la temperatura externa (de la tierra) puede estar por debajo de los 15º, y dentro, si los sistemas pasivos funcionan correctamente, debería estar cercano a los 20º.
Esa diferencia de temperatura entre ambos lados produce condensación del lado interno, que estaría pegado a la pared de cañas. Es el mismo proceso de condensación que experimentan los vidrios en invierno, que se empañan y gotean. Eso podría dañar la pared de adobe, así que decidimos colocar un aislante térmico entre la pared y el polietileno, para evitar este efecto.
El material que utilizamos fue un aislante a base de espuma de polietileno de 10mm de espesor, con una capa de aluminio. Lo fijamos directamente sobre los postes utilizando grampas.
Cubrimos la totalidad de las paredes y lo solapamos hasta 10cm. En el techo se engrampó sobre la superficie de madera, previamente impregnada con protector contra la humedad.
Teniendo lista la aislación interna, ya sólo queda levantar el polietileno y cubrir con tierra el exterior...
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